No sé si estoy lista para declarar que mi viaje ha terminado pues aún estando de vuelta en California, sigo moviéndome de un lado al otro y siento que las aventuras no llegan a su fin.
Después de ver tantos escenarios, pensé que los cambios en mi país natal serían más fáciles de asimilar. Este viaje a Venezuela fue sin duda muy intenso y entre otras cosas, quizás sea porque después de más de un año, los pequeños cambios que son rutina para quienes lo viven todos los días, pegan de frente y con fuerza a quienes como yo, van y vienen de vez en cuando.
Mis cinco semanas viajando por Venezuela rindieron, pero al mismo volaron tan rápido como el avión que me llevó de Serbia a Bogotá y el autobús que me llevo de San Cristóbal a Valera. Disfruté cada día al máximo. Cada momento que pude compratír con mis padres y el poder regalarle una visita sorpresa a mis abuelos, fueron los mejores regalos que pudimos haber disfrutado juntos.
Y es que estoy convencida de que podemos recorrer mundo y llenarnos de cultura; podemos aventurar y enamorarnos de paisajes; podemos tomar fotos impresionantes cuando no estamos consumidos por los almuerzos en casa ni las cenas con los amigos.
Pero al final del día, o en mi caso, al final de este año, no consigo mejor manera de procesar todo lo que he vivido que estando con mi familia y compartiendo el significado que ha tenido para mi, todo lo que la vida me ha brindado. No hay mirada más acojedora que la de aquellos que nos conocen y no han oidos mas dispuestos que los de aquellos que nos siguen, inclusive cuando no nos pueden ver.
Quiero agradecerles a todos a quienes me he encontrado en el camino. Familia que son amigos, amigos que son familia y maestros lejanos cuyos nombres no tienen relevancia y el no saberlos, no les quita importancia. Espero que un Dios bendiga a todo el que cree, que la ciencia nos siga acercando y que la naturaleza nos siga enseñando.
Los amo.
Y para no tornar este post en una semi-despedida llorosa, aqui les va un video de dos sapos raneros apareandose en el Parque La Llovizna (disculpen que mi lente estaba un poco empañado).